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Orlando Lavandera es la máxima autoridad en el departamento de marketing de la PWA (Professional Windsurfers Association). Asumió la dirección hace tres años y su conocimiento del circuito le permite hacer un diagnóstico favorable del deporte en general, y también del Gran Canaria Wind & Waves Festival, primera prueba puntuable en la modalidad de olas.

“Tenemos un producto excelente. Me parece que se puede vender muy bien y quien lo ve desde fuera puede comprobarlo. Se aprecia el colorido de las velas, las tablas y los raiders saltando, y aunque dependamos de las condiciones meteorológicas, hay una infraestructura preparada para estar en el agua en cualquier momento”.

Lavandera destaca la importancia del Gran Canaria Wind & Waves Festival en el calendario del mundial, y subraya la calidad de los raiders locales como un factor determinante para garantizar una buena competición. “La prueba de Pozo Izquierdo está cada vez más establecida. La gestión de la carpa y la atención a los corredores ha evolucionado favorablemente y obviamente nos gusta mucho venir aquí”, resumió. “Otro factor a tener en cuenta es el nivel de los competidores locales, algo que sólo vemos aquí y en Maui (Hawái), donde también son muy fuertes. Lo sorprendente de Gran Canaria es que cualquiera de los locales puede dar un susto a los profesionales”, sentenció.

Orlando Lavandera desgrana los elementos en los que trabaja la PWA para promocionar el windsurf. El campeonato pretende aumentar su popularidad a través de internet y las redes sociales, sin olvidar los medios de comunicación tradicionales como la televisión, a través de la emisión de programas en directo con proyección internacional.

Competencia con otros deportes extremos

El máximo responsable de marketing del circuito analiza el futuro del windsurf y no rehúye la comparación con la era dorada, a finales de los 80 y principios de los 90, en la cual este deporte tenía una amplia repercusión mediática y movía grandes cantidades económicas. “Me gustaría poder decir que algún día volveremos a estar al nivel de esa época, pero no va a ser posible. En los 80 no existían el stand up paddle ni el kitesurf; el snowboard estaba naciendo, y el surfing no estaba en la posición de la que goza en la actualidad. El mountain bike y otros deportes extremos tampoco eran una realidad. Ahora tenemos que competir con todos”.