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Imagen del nuevo carrete Thinkfish. FOTO: NPL

Thinkfish nace el día en que dos apasionados por la pesca y competidores de élite plantean a dos emprendedores su idea de modernizar una pieza imprescindible en el equipamiento de un pescador, el carrete de pesca. Desde hacía 20 años, los que practicaban la especialidad pesca a mosca disponían ya de carrete semi-automático que les hacía la técnica más eficiente al estar dotado de palanca en lugar de manivela, pero adolecía de otros elementos como el freno de combate, la bobina de gran diámetro y un diseño moderno.

Tras hacer un minucioso análisis del mercado y ver que de los más de 100 millones de pescadores deportivos en el mundo, 10 millones practican la pesca a mosca, en un sector que mueve 1.500 millones de dólares anuales en la compra de equipamiento, se decidieron a diseñar y fabricar un carrete que resolviera de golpe las carencias del producto tradicional.

Y así, cuatro años después nace el carrete Bold que, tras ser protegido por dos patentes internacionales, comienza una andadura de éxitos internacionales. El director general de Thinkfish, Luis Agüeria, señala que “nuestro posicionamiento en innovación y diseño estaba perfectamente estudiado y conseguir la protección de dos patentes ha sido el fruto de una dura labor en I+D durante casi cinco años”.

En los cinco continentes

En año y medio han cerrado acuerdos de distribución en Francia, Italia, Alemania, Bélgica, Suiza, Australia y Nueva Zelanda y según las previsiones de Agüeria “su objetivo es cerrar acuerdos en 2011 con siete países más y, en un plazo de cinco años, estar presentes en 38 países de los cinco continentes”.

Desde su lanzamiento al mercado internacional en 2009, las ventas del carrete Bold han pasado de suponer el 20% de su facturación al 61% en 2010. En el primer mes y medio de actividad de 2011, la empresa ha doblado su facturación en Alemania y al cierre del primer trimestre espera generar ventas superiores a todo el acumulado en 2010. Al acabar el año, la firma prevé que el 85% de los ingresos provengan del exterior.

En Thinkfish, desde el primer momento detectaron que el 99% del potencial mercado estaba en el exterior, por lo que desde el nacimiento de la iniciativa se tuvo clara la apuesta por los mercados internacionales. Las primeras ventas fueron en España, pero casi inmediatamente después, el carrete Bold ya se estaba exportando. Además, la empresa leonesa tiene previsto que los productos que están ahora en fase de desarrollo serán lanzados simultáneamente en todos los mercados en los que se tenga presencia.

Su estrategia para posicionarse en el exterior se basó, por un lado, en ganar cuota de mercado en el corto plazo en los países donde la tecnología semiautomática del carrete Bold es ampliamente conocida, mostrando las virtudes del producto en relación a la competencia y, por otro lado, en darse a conocer en los mercados donde no lo es –aproximadamente el 80% del total- demostrando la eficiencia de esta tecnología. Y en este sentido, Agüeria puntualiza “la gran oportunidad está claramente en el objetivo a medio plazo”.

Thinkfish fue una de las empresas que estuvieron en el Salón Mi empresa presentando su caso en la mesa redonda "Cómo vencer los miedos", moderada por el ICEX, y además ha participado en el programa Aprendiendo a Exportar (APEX). “En nuestra experiencia el éxito en el exterior es algo que llega poco a poco si se tiene un buen producto o servicio y se es perseverante y serio”, señala Luis Agüeria y añade que “se debe huir de las conclusiones precipitadas y de las derivadas de respuestas únicas, lo que importa es la foto del conjunto. También se ha de ser flexible para adaptarse a los mercados y las negociaciones con los distribuidores y no conviene llevar propuestas cerradas, pero sí ideas claras”.